Dejamos el vehiculo y nos disponemos a recorrer el pueblo, diremos que esta bien conservado, la iglesia de trazas Románicas presenta una obra noble con modificaciones que le dan un aspecto señorial.
Todo el pueblo esta compuesto por pazos casonas del mil setecientos época gloriosa del cultivo de la vid. Diremos que la prosperidad estuvo en este lugar y solamente el declive de la viña, supongo por la perdida del comercio y la filoxera se encargaron de que esa prosperidad emigrara a otros lugares.
Tomamos camino a la ruta de “O pozo dos fumes” y situados nos damos cuenta de que el camino es la ruta del vino camino de las zonas de montaña, dos puentes, al que uno solo le queda un arco, parte de la ruta es un canino empedrado y cuidado por el que suponemos que pasarían las reatas de mulas y los carros con arrieros, solamente la carretera hizo desaparecer y casi olvidar el camino y las construcciones que el tiempo mimetizo con el medio hasta convertirlas en parte del medio natural.
La conservación de este patrimonio no solo tiene valor etnográfico sino que trae riqueza a la comarca con una nueva industria “el turismo”.
Después de recorrer la ruta tomamos camino de vuelta sin antes recordar mis tiempos de niño y las historias de arrieros. Me gustaría decir que la red de caminos trascurre por lugares que algunas veces nos parecen cuanto menos que curiosos nos basta recordar al pueblo de O Pelete y su capilla de A Virxen de Os Remedios con su Carballo de o viño que una vez al año se riega con vino recordando y dando cumplimiento a la promesa de uno de estos arrieros.